domingo, 24 de febrero de 2013

HABÍA UNA VEZ UNA PRINCESA

Había una vez una princesa que vivía en una torre
Se pasaba el día tocando y bailando entre acordes.
Al salir el sol cada mañana subía una persiana
Y muy feliz en el castillo, la princesa cantaba.
            Todo el mundo decía, que feliz esta princesa
            Siempre anda sonriendo, con su música en la cabeza.
            Y la princesa no pensaba… ya casi ni soñaba.

Un día de casualidad, llegó allí un caballero
Luchaba por las cruzadas, no conocía aquel reíno.
Se fijó en una persiana y subió al castillo
Más bien con bastante miedo, se escuchaban grito.
            Sin querer el caballero subió por las escaleras
            Llegó a un oscuro pasillo y se abrió una puerta
            Y jugando el destino… le presentó a la princesa.

Se paró un segundo el tiempo, era casi medio día
Pocas palabras bastaron… ambos sonreían.

El caballero y su princesa compartían el castillo
Flotando entre miradas y escondidos mimos.
Ambos sabían que un día todo iba a acabar
Y es que aquel caballero, tendría que marchar.
            No querían pensar en ello y no había salida
            La fecha se acercaba, llegaba la despedida
            No lo pienses más… hoy no será.

Disfrutemos el momento, decían convencidos,
No querían separarse… estaban perdidos.

El caballero escuchó un día, cantar a la princesa
Sabiendo que quería, estar junto a ella.
Sin saber como le dijo, ven hazme un favor
Enséñame esos acordes, me haré trovador.
            Y a la princesa el miedo, le trajo una sonrisa
            Sí que paró el tiempo, ya no se marcharía
            Veinte minutos faltaban… para el medio día.

No me sueltes de la mano, agárrame por favor
Le decía la caballero… que se hizo trovador.

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